Este es mi caso

Hola a todos, tengo 18 años, y tengo hipoacusia subita (total) en mi oído derecho desde que tengo memoria.
Cuando era pequeña me dieron paperas, y por no recibir la atención medica a tiempo sufrí esta consecuencia.
Fue muy difícil de pequeña lidiar con este impedimento, ya que muchas veces me tocaba preguntar que habían dicho, y en varias ocasiones prefería no jugar juegos tales como el teléfono roto. Y creo que todos sabemos como pueden ser de malos e hirientes los niños cuando pequeños, por esto prefería evitar cualquier situación que expusiera mi impedimento auditivo

Me toco aprender a utilizar mi odio bueno de tal manera que funcionara por dos. Hoy en día convivo perfectamente en la universidad, y llevo una vida normal. Claro que existen situaciones en las que es muy incomodo no escuchar por los dos odios. Un ejemplo que vivo semanalmente, es cuando voy a una discoteca a bailar, y un hombre me saca a bailar, por lo general me hablan en mi oído derecho, que es mas cómodo ya que estamos bailando, y es muy incomodo tener que preguntarle que me dijo girando mi cabeza para escuchar por el oído izquierdo. En muchas ocasiones les veo la cara de incomodidad, repitiéndome cada vez lo que me han dicho. Y aveces no se si es peor decirles que no escucho por ese oído, ya que aveces pueden reaccionar muy sorprendidos y empezar a mirarme con cara de lastima y sorpresa.

Sin embargo muy pocos amigos cercanos conocen mi situación, porque prefiero guardarme mis problemas para mi. Sin embargo, no considero que esto sea algo bueno, y en algún momento debo mostrarle mi situación a la gente sin pena y sin problema; ya que esta es mi vida. Si yo aprendí a vivir con esto, el mundo también tendrá que aprender. Solo espero que esto en un futuro no me cierre puertas cuando salga de la universidad a conseguir empleo, ya que he leído casos en los que esto si pasa.

No desesperes, eres muy joven y la ciencia avanza muy rápidamente, seguro que más pronto que tarde se hallará una solución a tu problema. La investigación con células madre es una carrera iniciada entre varios países y grandes corporaciones, confía en que probablemente perfeccionarán la técnica en pocos años y verás por fin tu sueño hecho realidad.

En cuanto a los hombres que reaccionan como has descrito, mejor mándalos a freír espárragos, porque con toda seguridad no merecen ni un solo segundo de tu atención. No te preocupes porque existimos más hombres en el mundo que botellines de cerveza, así que con tanto campo donde elegir, seguro que encontrarás cuando menos lo esperes alguno de ellos que sea inteligente, comprensivo y razonable, seguro que éste no reaccionará de esa forma tan estúpida cuando le cuentes tu pequeño problema.


Concéntrate en terminar bien tu carrera universitaria, y no te preocupes demasiado por tu futuro trabajo, las empresas por lo general valoran más el contenido de tu cerebro y tu forma de ser que una pequeña discapacidad que por otro lado no es nada invalidante en tu caso, ya que conservas el otro oído. Incluso en algunos países como el mío (España), hay gran cantidad de puestos reservados en la Administración Pública para ciudadanos con minusvalías, lo cual podría facilitarte tu incorporación como funcionaria pública, si ése fuera tu deseo.

Animo, tienes toda la vida por delante.

Amiga bienvenida al foro.

Nuestro amigo Teniente Zumbado tiene toda la razón. Las personas que valen nuestro tiempo, atención e interés, son las que nos brindan su comprensión y apoyo sinceros.

La situación que describes respecto a las relaciones sociales en ambientes donde se requieren ambos oídos para poder interactuar con los demás, es sin duda el reto número uno que enfrentamos. No es nada fácil ir contando a toda la gente con la que nos relacionamos sobre nuestra condición, especialmente a aquellos que acabamos de conocer y con quienes por ende todavía no tenemos la suficiente confianza.

Claro el problema de ser parcial o totalmente sordo según el caso, es que esta es una discapacidad que no es tan evidente como otras, sino hasta que ya se está desarrollando la interacción mediante una charla. Las personas con discapacidades como la falta de alguna extremidad, parkinson, parálisis de una parte de su cuerpo, ceguera, etc., son condiciones de las que uno se percata de inmediato y el instinto de solidaridad impone, no necesariamente darles un "trato especial" de compasión o lástima, pero sí de adaptarnos a su condición para poder convivir y/o hacer equipo en el caso de las actividades laborales. De hecho en poco tiempo hasta nos olvidamos de su discapacidad y nos enfocamos en la persona, cuando esta nos resulta interesante, divertida, enérgica, positiva, amena, inteligente, etc.

De suerte que para nosotros tampoco debería resultarnos vergonzoso mientras nuestra personalidad y compañía resulten genuinamente placentera para otros. El problema sin embargo se presenta al inicio de cualquier relación social al vernos obligados a explicar nuestro padecimiento antes que éste se haga evidente, que es cuando tenemos que solicitar en reiteradas ocasiones, que nos repitan lo que nos acaban de decir mientras giramos la cabeza para presentar el oído bueno.

Así que es entendible que uno sienta vergüenza al tener que pedir abiertamente la paciencia y apoyo a quien recién acabamos de conocer. Algo que con otras discapacidades no es tan necesario pedirlo porque salta a la vista y la mayoría de gente siempre está dispuesta a adaptarse y apoyar.

Ahora, ya que tener que pasar por esa supuesta vergüenza (mezclada con el temor al rechazo) es algo más frecuente en las interacciones sociales de esparcimiento, no debería representar tanto problema en el ambiente laboral, a menos claro que éste sea en un lugar o actividad relacionada al ruido y/o a los tumultos... algo que se resolvería de forma práctica cambiando de trabajo.

El objetivo entonces, es sacudirnos esa idea de que molestaremos a la gente que acabamos de conocer y con la que empezamos a interactuar. Debemos aceptar ese pequeño inconveniente—de explicar nuestra condición al inicio de la charla—y verlo simplemente como un "mal necesario", pero dejarlo en eso y no colgarle la etiqueta de "la gran tragedia y vergüenza". Hay que lograr la seguridad en uno mismo y lo que ofrece a los demás como persona, compañero de trabajo, etc. Siendo consciente que la mayoría de gente no lo tomará para mal o se molestará, no nos sentiremos tan abrumados por la idea de que nos van a rechazar. Y los que así lo hagan, ya sabremos que igual no serían gente con la que realmente nos interesaría establecer cualquier tipo de relación.

Espero esta reflexión nos sirva a todos, no porque Teniente Zumbado o un servidor la planteemos, sino porque nosotros pasamos por lo mismo y a veces es fácil usar la lógica y ver las cosas así. Pero ya en la práctica obviamente no es tan fácil llevar a cabo. Es algo como toda habilidad que uno desea aprender, interiorizar y finalmente aplicar de forma habitual y casi automática: se logra con repetición, una y otra y otra vez hasta acostumbrarse. Tal cual hacen todas las personas que tienen otras discapacidades enfrentando otros retos a los que no les queda de otra que enfrentar y adaptarse, si realmente quieren ser felices.

Saludos amiga L. y a todos, que tengan una feliz semana!

Uriel